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Pont-Aven es un pueblo de artistas donde la creatividad se encuentra con la naturaleza. Sus pintorescas calles y viejos molinos de agua han inspirado a artistas durante generaciones. En las numerosas galerías y en el Museo de Pont-Aven, sumérgete en la historia del arte de este pueblo tan especial. Entre paseo y paseo, prueba las famosas galettes o un kouign-amann recién horneado. Aquí te darás un festín para los ojos.

Concarneau es una encantadora ciudad costera con una rica historia marítima. Lo más destacado es la Ville Close, un casco antiguo amurallado lleno de calles acogedoras, boutiques y restaurantes de marisco. Aquí probarás el marisco fresco más sabroso, directamente del puerto. Las playas de los alrededores de Concarneau son perfectas para relajarse, nadar o practicar deportes acuáticos. ¿Te apetece un día de isla en isla? Navega desde el puerto hasta las islas Glénan, donde te sentirás como en el Caribe, con playas de un blanco nacarado y aguas azules cristalinas. Los senderistas y ciclistas pueden disfrutar de los senderos costeros con vistas al océano. Encantador para pasar un día fuera.

Quimper es una ciudad con una mezcla de historia, arte y acogimiento bretón. La impresionante catedral y las casas con entramado de madera dan al centro un aire auténtico. Pasea por los adoquines, descubre pequeñas boutiques y disfruta de un crepe con sidra en una terraza. Los amantes del arte y la cultura no pueden perderse el Museo de la Faïence, donde aprenderán todo sobre la famosa cerámica. Cada año, el Festival de Cornouaille da vida a la cultura bretona con música y bailes tradicionales. ¿Quieres salir a la naturaleza? A las afueras de la ciudad encontrarás preciosas rutas de senderismo a lo largo de ríos y colinas.